For an Instant, The Life comes back to Me
_Cuando estaba adentro del agua, abrí los ojos. Que hermosa
era la vista, aunque estaba borrosa, claro. Subí a la superficie y saqué la
cabeza, moviendo mi cabello, respiré hondo y abrí los ojos. Harry se había apartado
de mí cuando ambos entramos al agua. No lo veía por ninguna parte. Traté de
sentarme en una de las rocas. Cuando me había sentado, no té que me había
cortado el dedo índice, estaba sangrando, pero no era nada que requiriera
medidas drásticas. No le dí importancia, ni me dolía, más bien me daban ganas
de rascarme la herida, bajé la mano y seguí buscando con mi vista a Harry,
cuando lo pude notar él había salido a respirar. Nadó hasta las rocas más
cercanas a él y se sentó.
_Yo no lo dejaba de ver. Simplemente, la forma en que se
quitó ese traje color azul, el visor, el tanque de oxígeno, y sacudía el agua
de su cabello era, simplemente, hermosa.
_Se lanzó de clavado al agua y vi que nadó, sin salir a
respirar hasta mí, se acercó a mí y se sentó quedando a milímetros de mi
cintura. Yo tenía mis brazos abrazando mis rodillas pegadas a mi pecho.
_ ¿Tienes frío?- dijo Harry.
_Sí… Un poco…-dije con la voz entrecortada.
_Ven- me dijo mientras se acercó mucho más a mí y me rodeó
con su brazo tratando de darme calor. Él sabía que lo necesitaba. Por eso hizo
lo que hizo. Acomodé mi cabeza en su cuello. Colocando mi mano derecha en su
pecho y mi mano izquierda la dejé sobre mis piernas. Coloqué mi dedo índice, el
de la cortada, sobre su rodilla.
_Lindo… Lunar-le dije tratando de que no se hiciera ese
silencio incómodo. Se rió.
_Gracias- dijo suavemente.
_Pasaron 5 minutos y ya estaba completamente acalorada. Pero
no me importaba. Ahora, lo único que necesitaba era protección, y Harry me la
daba. Me hacía sentir protegida y querida. Sentir su respiración cerca de mío
era suficiente.
_ ¿Quieres ir a nadar?-dijo.
_ ¡ALCÁNZAME SI PUEDES!- le grité y me zambullí. El agua
estaba a temperatura ambiente y no tenía frío. Nadé hasta el otro extremo del
estanque, dejando por completo a Harry detrás de mío. Toqué la punta.
_ ¡GANÉ!- grité emocionada.
_Tramposa- susurró Harry.
_ ¿Qué?-me hice la loca.
_Nada-dijo Harry. Arqueé una ceja y abrí mi boca. Él no dijo
nada. Le comencé a echar agua y él a mí. Cuando vi que se estaba acercando a mí
lo tomé de los hombros y lo hundí. Él, nadando, se fue a lo profundo del
estanque. Y vaya que el estanque era profundo y enorme. Le seguí el paso
tomando una gran cantidad de aire y los visores disponibles, Harry también
había tomado un par.
_Había cientos de clases de animales acuáticos, peces de
todo tipo y color, caballitos de mar, tiburones pequeños inofensivos, pulpos,
tortugas, cangrejos, estrellas de mar, etc. Harry se fue justo en donde estaba
la arena a metros y metros de la superficie. Entró en algo como, por decirlo,
una cueva de corales. Yo todavía no había llegado a la arena cuando la sombra
de Harry se había ido. Llegué a la cueva y me asomé antes de entrar. Todavía no
estaba cansada ni me faltaba aire, ya que poseía el récord en mi familia de
quién podía aguantar más la respiración.
_Vi una sombra adentro seguido de unas cuantas burbujas
saliendo a toda velocidad de esa cueva. Pensé que podía ser un tiburón. Me
acerqué aún más a la cueva. Noté que la sombra se estaba acercando a mí. Me
asusté y traté de nadar a la superficie pero algo me tomó el short. Cuando
volteé había sido un erizo. Ya había tenido experiencia con una de esas
puntiagudas cosas, en una playa en Venezuela, cuando tenía 9 años, pisé una de
esas cosas con mi pie derecho, y de sorpresa, tenía un cangrejo adentro. Pobre
animal. Tenía su pinza clavada en mi dedo gordo. Un sujeto al cual nunca había
conocido me tuvo que cargar y llevarme a donde estaba mi familia.
_Traté de desatascar mi short, pero eso hacía que perdiera
mi respiración. Ya no podía aguantar más. Estaba desesperada. ¿Era el fin de mi
vida o qué? Cuando la sombra por fin salió a la luz, era Harry, tenía un tanque
de oxígeno en sus manos. Le hice una señal con mis manos para que me lo pasara.
Solté el último aliento que tenía y suspiré otro nuevo. Me comencé a calmar y
señalé a mi short para que Harry me ayudara. Se escuchó de lejos una alarma.
Harry dejó de ayudarme y se devolvió a la cueva. Sacó una pizarra y escribió:
“Ya abrieron el acuario, lo siento Ángel” No pude evitar sonrojarme. Me pasó la
pizarra y escribí: “1 Cosa, esta vez tú fuiste mi ángel guardián y 2 Cosa No me
importa que lo hayan abierto” Terminó de leerlo. Me sonrió radiante. Borré lo
que escribí y volví a escribir: “Ahora, ¡ME QUIERES AYUDAR CON ESTO!” mientras
señalaba mi short. Harry se acercó y desencajó la tela. Tomó la pizarra y la
soltó, dejándola caer en la arena, cuando la soltó me tomó del trabillas de mi pantalón y me comenzó a jalar
hacia él. Luego me tomó de las tiras de mi camiseta, tomándome del cuello y
jugando con mi rojizo cabello. Acomodó suave y perfectamente su nariz con la
mía. Y, ligeramente, besándome.
Continuará…
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